Esta obra maestra de Katary combina la rica simbología de la Mano de Fátima, que simboliza protección y bendición, con la elegancia y la ligereza de los colibrís, conocidos por representar alegría y amor. Los tonos morados predominantes infunden una sensación de misterio y serenidad, creando una pieza profundamente evocadora.
Este cuadro fusiona elementos místicos y naturales, presentando la Mano de Fátima, un amuleto de protección, en una paleta de tonos morados acompañada por delicados colibrís.
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